ANTE
LAS ÚLTIMAS DECISIONES TOMADAS POR EL GOBIERNO DE CASTILLA-LA MANCHA EN MATERIA
DE EDUCACIÓN, EL AMPA DEL COLEGIO PÚBLICO SAN LUCAS Y MARÍA QUEREMOS DECIR:
Nuestro colegio, San Lucas y María, es el único centro público
existente en el barrio del casco histórico de Toledo.
Es un lugar pequeño y acogedor con una historia amplia en diversidad de
procedencias y situaciones. Toda su comunidad educativa - profesores, alumnos,
madres y padres-, nos hemos esforzado para mantener bien alta la calidad de la
enseñanza, en algunas ocasiones con un gran esfuerzo y gracias al compromiso de
todos. Sabemos bien lo que son las dificultades. Hemos luchado por integrar y
asimilar situaciones complicadas que muchos colegios no han conocido.
Si la escuela es un reflejo de la sociedad, nosotros somos un lugar donde
recalan los problemas sociales y educativos presentes en ella en un porcentaje
claramente superior a la media. Por eso, hemos tenido que reclamar la atención
de las autoridades educativas cuando ha hecho falta, es decir, a menudo. Hemos
luchado por nuestro colegio. Y lo hemos hecho porque creemos firmemente en la
igualdad de las personas independientemente de su procedencia y de las
necesidades específicas que tengan.
Nuestra particular y delicada
situación no nos permite admitir más restricciones. La
aplicación de las nuevas medidas de ajuste del nuevo gobierno empeorará
gravemente la situación de nuestros niños.
Por eso y porque estamos orgullosos de
nuestro espíritu solidario, nos sumamos a las reivindicaciones de las
AMPAS de la ciudad de Toledo, a las del resto de la región y del Estado.
Para nosotros, el futuro de nuestros hijos no es negociable. No
estamos dispuestos a renunciar a ninguna de las medidas de apoyo que están
requiriendo las necesidades educativas especiales de nuestro colegio, ni a
prescindir del profesorado necesario para que nuestros hijos tengan una
educación pública de calidad.
En una sociedad democrática, la educación es, ante todo, un derecho
fundamental del ciudadano. No podemos admitir que ese derecho se vulnere, que
se limite gravemente con unas medidas que harán difícil –en algunos casos casi
imposible- el trabajo de los profesores y convertirán las aulas en depósitos de
niños. No estamos dispuestos a retroceder ni un paso en nuestro modelo
educativo, a tirar por la borda el trabajo de miles de personas que han
contribuido a hacer de la educación algo universal, democrático, entusiasta y
esperanzador.
Las políticas de austeridad
pueden ser muchas, pero nada justifica este ataque a nuestra educación. Aunque
la riqueza de un país no se mide solo en términos económicos, también en
esos términos nada proporciona más beneficios a un país que una buena
educación. El futuro no puede ser privilegio de unos pocos, no puede quedar en
manos privadas a expensas de la especulación.
Con estas medidas se acaba con algo más importante aún que la calidad: se
acaba con la esperanza en un futuro igualitario. ¿Qué fuerza van a poder
transmitir ahora nuestros maestros?
Como padres y madres, debemos decir alto y claro que APOYAMOS FIRMEMENTE A
TODOS LOS MAESTROS QUE SE ESTÁN MOVILIZANDO POR EL BIENESTAR DE NUESTROS HIJOS,
porque creen en lo que hacen y saben qué consecuencias van a tener los recortes
en la educación pública.
A todos los padres, a todas las AMPAS, os pedimos que os movilicéis, que os
informéis, que actuéis. Preguntad en vuestros colegios qué van a suponer a
vuestros hijos las nuevas medidas de recorte. Actuad de manera coordinada en
consecuencia.
Alumnos, profesores y padres tenemos un único objetivo. No podemos
quedarnos mirando con la boca abierta mientras se desmantela todo el sistema
educativo público.
Luchemos unidos por la calidad de la educación, por el derecho a la
educación de nuestros hijos.